Después de haber conseguido la Ley nos habíamos propuesto realizar un acto de entrada al Lote. Teniendo en cuenta que el territorio fue restituido al pueblo mapuce, la autoridad filosófica del Lof Curruhuinca -el inan longko Carlos Curruhuinca- había solicitado a los VST la no realización de actividad alguna en el territorio hasta que la comunidad no llevara a cabo el Witra Tripán -volver con el sol-, la ceremonia que acompaña la vuelta al territorio.
Programada para realizarse en la luna menguante de diciembre, debido al fallecimiento del longko Rubén Curruhuinca, tuvo que ser pospuesta hasta la siguiente luna. Así fue que el 21 de enero los pobladores del Lof Curruhuinca convocados por su autoridad filosófica se reunieron al alba para desarrollar la ceremonia de manera reservada.
Llegado el mediodía fuimos llegando los vecinos y nos reunimos todos en el sitio donde solemos realizar los encuentros los VST. La intención era compartir un asado a la canasta (a la parrilla, se entiende, pero cada uno lleva una parte) en el encuentro intercambiar los pensamientos y sensaciones en este momento tan cargado de emoción y significado para todos.
Ya en ronda el longko saludo a su comunidad y a los vecinos presentes y paso a presentar el parecer y sentimiento que dominó en la ceremonia de la madrugada. La vuelta al territorio, el tomar poseción nuevamente es un volver a revivir todos los dolores que significaron su pérdida: el enfrentamieto, masacre, expulsión del territorio y el sometimiento cultural durante más de un siglo.
La reafirmación de sus derechos como pueblo no es el resultado del natural reconocimiento por parte del mismo estado que produjo el avasallamiento sino que deviene de la lucha como digna práctica de libertad.
La reafirmación de sus derechos como pueblo no es el resultado del natural reconocimiento por parte del mismo estado que produjo el avasallamiento sino que deviene de la lucha como digna práctica de libertad.
Y esta libertad es la que nos encuentra en este momento y en este lugar volviendo a la tierra que cada ser que nace a este mundo se merece.
El longko Ariel Epulef también compartió su mensaje y la palabra siguió circulando. Kona, lagmien, peñi, vecinas, vecinos y otr@s compañer@s de esfuerzo y de logros fuimos compartiendo visiones y pareceres. Con el aporte de tod@s y cada un@ vamos construyendo un sentimiento mayor que nos hermana y nos sigue invitando a caminar juntos, a crecer recreando culturas de libertad que nos relacionen amorosamente con la tierra madre, la ñuke mapu.
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